Un beso puede hacerte flotar

La sensación de flotar por un beso, es real.

¿Recuerdas tu primer beso?

La mayoría de la  gente guarda ese momento en su memoria, y lo rememora más incluso que su primera relación sexual.

Y aunque muchos piensan que la máxima sensación del amor se da cuando por fin pueden unir sus cuerpos, la realidad es que esa empatía se logra en un beso profundo, por la mezcla bioquímica que se da y lleva a las personas a un estado de conciencia alterado.

Cuando besamos apasionadamente se libera dopamina, un neurotransmisor que genera una necesidad imperiosa de estar al lado de la persona deseada y produce esa sensación de ingravidez característica.  Por eso sentimos que flotamos.

Sheril Kirshenbaum, profesora de la Universidad de Texas, escribió un libro “La Ciencia del Besar”, donde menciona que las hormonas que intervienen, adrenalina y noradenlalina, incrementan la tensión y el ritmo cardiaco y nos estimulan, nos meten de lleno en el presente, en el aquí y ahora.

La oxitocina, sustania que aparece, crea una fuerte sensación de apego y de unión duradera con la pareja, y la testosterona aumenta el deseo y las ganas de más contacto físico.

Pero no son sólo las hormonas. Recuerden que en los labios hay muchas terminaciones nerviosas que ayudan a encontrar estímulos agradables.

En su libro, Kirshenbaum dice que en el beso se intercambian cientos de miles de bacterias y microorganismos diferentes, se queman quince calorías en unos minutos, se activan unos cuantos músculos y, si la cosa funciona, se liberan endorfinas en tal cantidad que el resultado inevitable es esa sensación de estar flotando en una burbuja fuera del mundo.

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