Expertos de la World Obesity Federation, la Academia Nacional de Medicina de México y el Instituto Nacional de Salud Pública llaman a avanzar seriamente en el tratamiento de la obesidad
La obesidad es una enfermedad compleja, diferente a otros padecimientos, cuya prevención y atención requiere esfuerzos adicionales y muy puntuales de regulación gubernamental, capacitación médica efectiva, programas y acciones desde el primer nivel de atención, así como mayor inversión, afirmó el Doctor Simón Barquera Director del Área de Investigación en Políticas y Programas de Nutrición del Centro de Investigación en Nutrición y Salud (CINyS) en el Instituto Nacional de Salud Pública (INSP).
Ante este reto y como resultado de previas mesas de trabajo en colaboración con diversas asociaciones e instituciones, la Asociación Nacional de Medicina de México (ANMM), órgano asesor del gobierno federal incluyó, por primera vez, una sesión dedicada a la enfermedad llamadaTratar la Obesidad con Seriedad: de la evidencia sobre mecanismos fisiopatológicos a las políticas de salud multisectoriales integrales que mejorará la efectividad de los médicos con su paciente.
En este simposio, la Dra. Donna Ryan, presidente electa de World Obesity Federation (WOF), una de las personalidades más reconocidas en el campo de la obesidad a nivel mundial, comentó que no hay una receta para tratar dicha enfermedad, es necesario identificar las causas en cada persona y personalizar el tratamiento ya que puede ser genético, ambiental, incluso pueden intervenir la ingesta de algunos medicamentos, malos hábitos de sueño, alimenticios o el embarazo.
De acuerdo con el Doctor Carlos Aguilar Salinas, director de la Unidad de Investigación en Enfermedades Metabólicas y Obesidad del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición (INCMN), el 70% de los adultos mexicanos presentan sobrepeso, y de éstos, el 30% son ya obesos con la necesidad de tratar su obesidad seriamente. Sin embargo, el sistema de salud resulta insuficiente al momento de tratar a sus pacientes, por muy diversos factores como el reducido tiempo de consulta y la falta de personal.
En su participación, el doctor Juan Rivera Dommarco, director del INSP mencionó que al ser una enfermedad multifactorial se debe considerar el Balance Positivo de Energía, es decir, no consumir más calorías de las que el cuerpo utiliza diariamente. Y resaltó la necesidad de establecer a la obesidad como una epidemia global.
Explicó que se le llama ambiente obesogénico a aquellos lugares con fácil acceso a bebidas y alimentos de alto nivel calórico y bajo valor nutrimental y carecen de acceso a opciones saludables como bebederos públicos. Otro ejemplo, son las Ciudades en las que las personas necesitan desplazarse hasta 4 horas en transporte público del hogar al trabajo por lo que no se dispone de tiempo para ejercitarse, o faltan parques o son inseguros para realizar estas actividades.
El objetivo de invertir en seguridad e infraestructura pública es que las conductas saludables sean la opción más fácil y asequible para seguir, gesto que puede ser tan sencillo como colocar bebederos en aeropuertos y escuelas públicas, cambiar el entorno obesogénico a través de regulaciones gubernamentales, incrementar el impuesto a los alimentos no saludables hasta en un 30% y vigilar el etiquetado de éstos.