Tendencias tecnológicas como la digitalización, inteligencia artificial y la analítica de datos rondan el futuro de la industria aseguradora en una onda de cambio en donde las mujeres tienen grandes oportunidades de tomar ventaja y también hay espacio para seguir avanzando en el foco que el sector está tomando en mejorar la experiencia del cliente.
Un reciente estudio del índice S&P 1500 Composite encontró que los negocios con altos puestos gerenciales ocupados por mujeres experimentaron un incremento de intensidad de innovación y en promedio ganaron 40 millones de dólares más que las compañías en donde sólo se promueven a los hombres en las posiciones de liderazgo.
Otras investigaciones han demostrado que los equipos con alta proporción de mujeres alcanzan un desempeño más alto en áreas de análisis logístico, coordinación, planeación y resolución de problemas.
Sin embargo, debe haber un equilibrio de género entre los equipos.
Hallazgos de la investigación en psicología del comportamiento y lo que McKinsey & Company llama la “salud organizacional” de una empresa demostraron que las mujeres tienden a alentar un proceso de toma de decisiones más participativo, como mejorar el componente de “ambiente de trabajo” de la salud organizacional.
Por otro lado, el World Economic Forum (WEF) reconoce en el talento uno de los factores más esenciales para el crecimiento y la competitividad. Construir economías del futuro que sean tanto dinámicas como incluyentes debe asegurar igualdad de oportunidades para todos. Cuando mujeres y niñas son integradas, la comunidad global no pierde sus habilidades, ideas y perspectivas que son críticas para alcanzar los retos globales y aprovechar nuevas oportunidades.
Tan sólo con mirar las nubes e inventar grandes historias mi madre alentó mi imaginación”, solía decir Julio Cortázar acerca de quien lo adentró al mundo de la literatura sin sospechar que llegaría a ser uno de los escritores má reconocidos de Latinoamérica.
Ese era el papel de una madre, encaminar a sus hijos en silencio. Hoy, en el siglo XXI no es suficiente alzar la vista para mirar juntos al cielo, ellas no están satisfechas hasta que lo alcanzan y de la mano lo conquistan.