En el mundo, cada año fallecen más de siete millones de personas a causa del consumo de tabaco, y cada vez son más los pacientes jóvenes que presentan infartos o angina de pecho, por la insuficiente irrigación sanguínea al músculo cardiaco.
Hasta el 50 por ciento de los jóvenes que llegan al hospital por problemas en el flujo de sangre al corazón son fumadores, aseguró el doctor Ramiro Flores Ramírez, profesor del Servicio de Cardiología del Hospital Universitario “Dr. José Eleuterio González”.
“Lo vemos cada vez en poblaciones de entre 16 y 30 años de edad que consumen tabaco. Cada vez, vemos pacientes más jóvenes con infartos y que tienen cierta relación con el tabaco”.
“Los jóvenes podrán decir que no hay ninguno riesgo, pero el riesgo existe desde uno o dos cigarrillos porque produce disfunción de la vasculatura, disfunción de las plaquetas, aumenta la trombosis”, puntualizó Flores Ramírez.
En el Día Mundial Sin Tabaco 2018, la Organización Mundial de la Salud lanzó la campaña “Tabaco y cardiopatías”, con el objetivo de concientizar a la población sobre la relación que existe entre fumar y las enfermedades cardiovasculares.
“Uno de los mecanismos por los que el cigarro y sus componentes generan este daño es porque alteran el endotelio vascular, que es una membrana que cubre a los vasos sanguíneos y, en esta membrana, se producen muchas sustancias que ayudan a la circulación”.
“Se ha visto que múltiples encinas inflamatorias o sustancias inflamatorias hacen que este óxido nítrico no se produzca adecuadamente, las arterias no se mueven bien, no se dilatan, se endurecen y esa es una de las causa por las cuales el tabaco causa daño tanto al corazón, al cerebro y a la circulación”, aseguró Flores Ramírez.
Enfermedades como la cardiopatía coronaria, el accidente cerebrovascular y la vasculopatía periférica se relacionan con hasta el 36 por ciento de la población que fuma.
“Otra de la fisiopatología del daño que causa el tabaco es un aumento en la trombosis. Aumenta la agregación de las plaquetas, otras células que circulan y son formadoras de coágulos y esto incrementa la formación de trombosis que promueven infartos y accidentes vasculares cerebrales”, precisó el cardiólogo de la UANL.
Dejar de fumar reduce hasta en un 40 por ciento las posibilidades de morir o sufrir algún riesgo cardiovascular.