Cada dos minutos muere un mexicano por infarto.
Esta estadística podría mejorar, una vez que al mercado mexicano se acaba de integrar dispositivos y terapias avanzadas para el tratamiento de enfermedades del sistema cardiovascular, que mejorarán el rendimiento mediante biotecnología en las áreas coronarias, periféricas y de neurorradiología.
La empresa española iVascular será la encargada de proveer de estos nuevos dispositvios de última generación y alta calidad al mercado mexicano.
“México es importante para la expansión de iVascular porque es un mercado de alto potencial y crecimiento en Latinoamérica, además de una gran oportunidad puesto a la incidencia en patología coronaria. En iVascular invertimos en innovación y a través de estudios hemos demostrado la buena navegabilidad en la implantación de nuestros dispositivos”, comentó Lluis Duocastella, CEO de iVascular.
Cabe señalar que en México suceden entre 250 mil y 280 mil infartos al año, lo que significa que cada hora ocurren 32 infartos, uno cada dos minutos. Hablamos de cerca de 80 mil muertes al año en México.
El corazón es un músculo que necesita un suministro constante de oxígeno y nutrientes para funcionar adecuadamente. Ambos elementos son transportados por la sangre a través de los vasos sanguíneos. Los vasos sanguíneos que llegan al músculo cardíaco se denominan arterias coronarias.
La enfermedad cardíaca (enfermedad de la arteria coronaria) se produce cuando se forman placas o depósitos de grasa en las paredes de las arterias que, como consecuencia, se estrechan. Esto significa un problema cuando, por ejemplo, después de hacer ejercicio el corazón se ve obligado a trabajar más y necesita más sangre. Cuando esto ocurre se puede llegar a sentir dolor en el pecho (angina de pecho).
Una arteria que se ha estrechado puede boquearse por un coágulo de sangre (trombo), lo que puede provocar un infarto. La gravedad y las consecuencias de este se pueden reducir con un diagnóstico rápido y un tratamiento adecuado que puede incluir un catéter, aseguró el Dr. Carlos Macaya, Presidente de la Fundación Española del Corazón.
Los catéteres o stents son tubos diminutos de malla metálica que se insertan, de forma permanente, en las arterias que se han estrechado por placas o depósitos de grasa y se utilizan para mantenerlas abiertas. Cuando se implantan, estos se empiezan a cubrir con una fina capa de células, las mismas que revisten la pared de la arteria y comienzan a formar parte de la misma. Lo más frecuente es que se usen como parte de un procedimiento llamado angioplastía.
Los médicos pueden recomendar el uso de estos dispositivos a algunas personas que sienten dolor en el pecho (angina de pecho) en caso de que con la medicación no remitan los síntomas o que hayan sufrido un infarto.