Se confunde con muchos otros problemas, como colitis, y eso hace que el diagnóstico sea tardado, causando molestias por mucho tiempo a quien la padece.
El Síndrome de Colon Irritable es el infierno en vida. Es muy doloroso, constante y frecuentemente tiene un diagnóstico tardío, porque los médicos lo confunden con otros problemas. A veces se tardan años en que se logre identificar.
Entre el inicio del problema y el tratamiento adecuado, quienes padecen este problema de salud prueban muchos medicamentos sin hallar una cura.
Lo mejor es acudir al médico, para que haga un seguimiento integral. Si muchos enfermos pasan años sufriendo, se debe en gran parte a que sólo acuden al doctor cuando las molestias son agudas, pero al aliviar un poco los síntomas, no se practican los estudios médicos necesarios para descubrirlo.
El Síndrome de Colon Irritable presenta signos que pueden confundirse con alguna otra enfermedad. Dolor, calambres intestinales, etapas de diarrea y otras de estreñimiento, gases e hinchazón en el estómago. El tiene la sensación de haber ido al baño, pero no terminaste de defecar. Algo muy común es hincharte y no salir del baño por un buen rato cuando se come algo muy condimentado.
Muchas personas la llaman colitis, pero no es exactamente eso. Una colitis se debe a muchas razones, como una infección, un virus, una bacteria o una intoxicación por un alimento, pero no es necesariamente el colon irritable, que se distingue porque no tiene que ver con ninguna de las causas mencionadas. Es simplemente un conflicto emocional o la comida en sí.
A lo que sí está muy ligado es a los trastornos mentales, que lo convierten en un círculo vicioso muy complicado de romper. La ansiedad y la depresión repercuten en la salud, sobre todo la intestinal. Las estadísticas señalan que es común que un paciente con trastornos mentales sufran colon irritable y viceversa.
En el caso de la mujer, las infecciones en las vías urinarias o el riñón pueden estar ligadas a este síndrome, puesto que el tracto intestinal y el urinario sufren por las mismas causas. Una de las mejores formas para confirmar el diagnóstico de colon irritable es saber si los pacientes sufren constantemente del tracto urinario, sin que haya otra razón, y esto puede deberse también a la ansiedad o la depresión.
El estrés, por la razón que sea, a veces por mucho trabajo, por una relación amorosa difícil, por un problema familiar son el detonante perfecto para que el colon irritable se convierta en tu peor enemigo. Si estás enfrentándote a una situación donde no sabes qué hacer o simplemente estás angustiado, tus episodios serán peores.
El colon irritable tiene síntomas que sólo el que los viven los conoce. Uno de ellos es la dualidad de que un día puedes tener una diarrea que no te permite salir del baño, y al otro no puedes obrar aunque estés sentado en la taza por horas. Un episodio puede desatarse por un pimiento morrón en tu arroz o un chile poblano y no sales del baño, pero comer mucha fibra tampoco es la solución, pues hará de tu intestino uno perezoso.
Otro de los síntomas, muy penoso a la vez, es que tu panza puede hacer ruidos extraños si no has comido o incluso si ya comiste, flatulencias en público o incluso dolores que no te permiten siquiera estirarte. En este caso los jugos gástricos son enemigos, por eso es que debes de comer por lo menos cinco veces al día, ligero, claro, pero no puedes dejar tu estómago sin comida, pues los ruidos van a aumentar.