¿Podemos abrazar en la pandemia? Claro que sí

° No es tan simple como llegar y rodear a quienes queremos, pero sí tomamos ciertas precauciones y protocolos, podemos abrazarlos, con poco riesgo de contagio.

Los abrazos son posibles en tiempos del COVID19, aunque no tan prolongados.

No solo extrañamos los abrazos: los necesitamos. El afecto físico reduce el estrés al calmar nuestro sistema nervioso simpático, que durante tiempos de preocupación libera en nuestros cuerpos dañinas hormonas de estrés. En una serie de estudios, solo tomarse de las manos con un ser querido redujo la angustia producida por una descarga eléctrica.

“Los humanos tienen vías cerebrales que están específicamente dedicadas a detectar el contacto afectivo”, dice Johannes Eichstaedt, científico de computación social y profesor de psicología en la Universidad de Stanford. “El contacto afectivo es el modo en que nuestros sistemas biológicos comunican entre sí que estamos seguros, que somos amados, y que no estamos solos”.

Linsey Marr, científica de aerosoles de Virginia Tech y una de las principales expertas mundiales en enfermedades transmitidas por el aire, calcula que el riesgo de exposición durante un breve abrazo puede ser sorprendentemente bajo, incluso si abrazaste a una persona que no sabía que estaba infectada y tosió.

No sabemos la exacta dosis que requiere el nuevo coronavirus para enfermarte, pero los cálculos oscilan entre 200 a 1000 copias del virus. Una tos promedio puede transportar entre 5000 y 10.000 virus, pero la mayoría de las salpicaduras aterrizan en el suelo o en superficies cercanas. Cuando las personas están en contacto cercano, típicamente alrededor de solo el dos por ciento del líquido en la tos —o cerca de 100 a 200 virus— sería inhalado por o salpicado en una persona cercana. Pero solo el uno por ciento de esas partículas perdidas —solo uno o dos virus— en realidad serán infecciosas.

“No sabemos cuántos virus infecciosos se necesitan para enfermarte, probablemente más de uno”, dijo Marr. “Si no hablas o toses mientras abrazas, el riesgo debería ser muy bajo”.

Algunos abrazos son más riesgosos que otros. Apunten sus caras en direcciones opuestas, la posición de tu rostro es lo más importante. No hables ni tosas mientras abrazas. Y hazlo rápido. Acérquense y abrácense brevemente. Cuando termines, no demores. Retrocede rápido para no respirar en la cara del otro. Lávate las manos después.

Y trata de no llorar. Las lágrimas y el goteo nasal incrementan el riesgo de entrar en contacto con más fluidos que contienen el virus.

Hay un verdadero desafío en este momento para las personas mayores que se preocupan de no poder tocar o conectarse con su familia por el resto de sus días, Mantener breves los abrazos es particularmente importante porque el riesgo de transmisión aumenta con un contacto más prolongado”.

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