Muchos padres de familia deciden proteger a sus bebés al pasear en la carriola cubriéndolo con una manta. Sin embargo médicos pediatras revelaron que esta práctica puede ser equiparable a dejarlo en el ato con las ventanas cerradas.
Svante Norgren, director del hospital infantil Astrid Lindgren en Estocolmo, declaró que cubrir las carriolas para evitar una exposición prolongada a rayos solares en la delicada piel de los bebés es una acción bastante común, pero excesivamente dañina. El médico señaló que el riesgo para los infantes se debe a la nula circulación de aire, además de que la temperatura en el área donde descansa el menor aumenta conforme más se expone al sol. El estudio realizado por el hospital Astrid Lindgren detalló que la temperatura al interior de la carriola puede dispararse hasta un máximo de 15 grados celsius por encima de la temperatura ambiente.
Ante ello la recomendación a los padres de familia es no exponer a los menores de edad a condiciones climatológicas extremas; la protección a los pequeños es que utilicen bloqueador solar, gorras o sombreros y mantenerlos hidratados.