A veces se nos olvida que el cuerpo humano está compuesto en un 80 por ciento de agua. Quizá vinimos de la tierra, pero la naturaleza nos hizo un manantial ambulante, que requiere hidratación continua y adecuada.
Si no bebemos suficiente agua, debemos pagar un costo que puede volverse alto, pues viene desde tensión alta hasta la disminución del metabolismo.
Más problemas de salud
El que bebe suficiente agua, es poco probable que padezca problemas de piedras en el riñon, cáncer de riñón o de colon y ataques cardíacos.
El metabolismo se ralentiza
El metabolismo basal en reposo, es decir, las calorías que se queman estando en reposo, se acelera cuando en cuerpo se encuentra mejor hidratado.
Baja el ritmo del pensamiento
Hay que pensar más para llevar a cabo las mismas tareas. En el 2011, en el Instituto de pediatría del King’s College, en Londres, los científicos detectaron que los cerebros de jóvenes deshidratados se contraían en el cráneo. Esto impedía resolver problemas con la misma rapidez de los cerebros bien hidratados. El agua restaura el cerebro a su tamaño normal.
Comemos más
Un estudio sobre 45 adultos, financiado por el Institute for Public Health and Water Research, mostró que quienes bebían dos vasos de agua (de 220 ml) antes de cada comida ingerían entre 75 y 90 calorías menos. En un período de tres meses, los bebedores de agua adelgazaron 2,5 kilos más que los que no lo hacían.
Se arruga la piel
El agua da volumen a la piel, rellena las arrugas finas y da más vida a una tez apagada.
Se está en peor forma
Investigadores de la Universidad de Tufts pidieron a voluntarios, mujeres y hombres, que realizaran entre 60 y 75 minutos de ejercicio intenso. La mitad de ellos, sin beber previamente, la otra mitad convenientemente hidratada. El grupo deshidratado reportó más fatiga, confusión, irritación, depresión y estrés.