Secuencia Salud Bienestar, vida y prevención
- Conforme envejecemos, las neuronas y células mueren a un ritmo acelerado. Pero no todo está perdido, si empezamos a cuidarnos y evitamos la oxidación que viene con la suma de años.
Los recuerdos son la raíz de quienes somos, dijo el poeta Watson.
El domingo 20 junio se celebra el Día del Padre en nuestro país y nada mejor que regalarle salud al autor de nuestros días, y como sabemos, la mejor forma de conservar ese gran activo es con la prevención, que es algo que poco se practica en México.
“La edad es el mayor oxidante que se conoce, la cual es visible en todos los seres vivos, pero cada organismo es distinto y la forma cómo llevamos nuestra vida es la diferencia entre quienes se les nota más la edad y quienes siempre parecen más jóvenes. Por eso vemos personas de buen talante que nos sorprenden cuando revelan su verdadera edad biológica”, comenta el doctor Mauricio Veloso, director médico de BioLife.
Actualmente avances científicos como la nanotecnología (utilizada incluso para la creación de las vacunas anti Covid-19) han hecho posible el desarrollo del suplemento Omega 5 Nanoemulsionado, que se obtiene de la granada con tecnología israelí de vanguardia, puede ayudar a los padres a proteger su memoria y recuerdos, porque actúa como un neuroprotector, además de que ralentiza el envejecimiento prematuro al proteger las neuronas.
Sin duda, la pérdida de la memoria es, quizás, uno de los mayores temores de todos, sobre todo cuando uno va llegando a los distintos pisos de la vida y la juventud se va alejando. Un síntoma inicial de la vida se conoce como “queja subjetiva de memoria” u olvido involuntario; al principio, el deterioro cognitivo es leve, pero cuando uno avanza en edad, por lo general se presentan pérdidas cognitivas más significativas, aunque al inicio esta leve condición no interfiere de manera significativa con la realización de las actividades diarias.
El deterioro cognitivo avanzado se conoce en términos médicos como demencia senil, y sin duda, la más común de las demencias es el temido Alzheimer, en donde ya se presenta, en el individuo que la padece, la pérdida de funciones de independencia básica, como alimentarse, ir al baño y asearse, entre otras. Por lo regular, dichas alteraciones producen una reducción importante en la capacidad de funcionar en las relaciones sociales, familiares, o laborales de un adulto mayor.
A decir del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP) la Enfermedad de Alzheimer (EA) tiene una prevalencia hoy en día, según las últimas encuestas, del 7.5% y una incidencia de 27.3 (1000 personas/año) de la población adulta mayor mexicana.[1]
Así es, con la edad suele aparecer la pérdida de memoria, y entonces, viene el reto de evitar tener una vida sin recuerdos, lo cual es una condición que nadie debería padecer. Esto también se vive en una conocida película protagonizada por Adam Sandler y Drew Barrymore, Como si fuera la primera vez (2004), cuyo personaje principal solo tiene memoria de corto plazo, pero al día siguiente ha olvidado todo, incluso a su propia pareja.
El escritor y médico inglés S.J. Watson ha dicho que “los recuerdos son la raíz de quienes somos”. Watson opina que lo fundamental para el ser humano es “la capacidad de rememorar nuestras experiencias, lo inquietante que debe ser estar varado en el tiempo, sin conocimiento del propio pasado. También me di cuenta de que esta afección es más común de lo que creemos. La gente que padece Alzheimer tiene problemas con la pérdida de memoria todo el tiempo, pero de alguna manera es más chocante verlo en una persona joven y sin embargo no debería serlo”.
La cruda verdad es esa: los problemas con la memoria son más comunes de lo que solemos aceptar. Tampoco es fácil reconocer que no hay cura para la pérdida de memoria. Algunos logran recuperar algunos recuerdos con el tiempo, si tienen suerte, pero otros no tendrán esa dicha.
La pérdida de la llamada “memoria de largo plazo” por lo regular ocasiona que los individuos se olviden, incluso, de segmentos enteros de su vida; en cambio, la pérdida de la “memoria de corto plazo” provoca que las labores más simples y sencillas de todos los días se conviertan en un verdadero desafío.
De ahí la importancia de la prevención desde una temprana edad, consumiendo antioxidantes, porque todos, desde que nacemos, nos oxidamos todos los días. Al ser un compuesto natural, derivado del aceite de la semilla de granada, el Omega 5 Nanoemulsionado puede ser consumido de forma continua y permanente, ya que no genera adicción.
“GranaGard, es un excelente complemento que garantiza que sus células se encuentren protegidas y disminuya el proceso de oxidación. Y al ser un complemento nutricional, no medicamento, éste se contrapone con ninguno de sus tratamientos, al contrario aumenta la efectividad del tratamiento médico, con mayor beneficio en pacientes con Alzheimer, Párkinson, esclerosis múltiple y diabetes, entre otras enfermedades”, asegura el doctor Mauricio Veloso, director médico de BioLife, empresa distribuidora del Omega 5 con nanotecnología en México, quien considera que es una excelente forma de cuidar a las personas que más queremos en la vida, como nuestros padres.
