- 80% de los pacientes con diabetes en México no se han realizado una prueba de hemoglobina glucosilada (HbA1c).
- Niveles superiores a 7% de hemoglobina glucosilada podrían revelar un inadecuado control de la diabetes en los pacientes, aún con tratamiento farmacológico.
En México más de 14 millones de personas adultas viven con diabetes, de los cuales 47% no sabe que la padece, ya que no han sido diagnosticados, lo que implica una mayor probabilidad de complicaciones cardiovasculares y renales, debido al retraso en el inicio de un tratamiento que ayude a tener un adecuado control de sus niveles de glucosa, de acuerdo con la Federación Internacional de Diabetes.
Asimismo, este organismo asegura que, aunado a los más de 6 millones 700 mil mexicanos que desconocen que tienen diabetes mellitus tipo 2, se estima que un importante número de pacientes en tratamiento no están llegando a las metas de control, siendo fundamental contar con pruebas diagnósticas como la Hemoglobina Glucosilada (HbA1c), estudio de sangre que identifica el promedio de los niveles de glucosa en los últimos tres meses, permitiendo saber con certeza si hay un control óptimo en los pacientes.
“La prueba de hemoglobina glucosilada es la herramienta más precisa para evaluar el control de los niveles de glucosa en sangre, además de tener un valor predictivo respecto a las complicaciones derivadas de la diabetes. Es decir, existe una relación directamente proporcional entre los niveles de hemoglobina glucosilada y la presencia de complicaciones crónicas que afectan al corazón, los riñones, los ojos y el sistema nervioso”, aseveró el Dr. Rubén Silva Tinoco, médico endocrinólogo experto en el manejo de la diabetes.
De acuerdo con la American Diabetes Association (ADA), cuanto más altos sean los niveles de hemoglobina glucosilada, mayor será el riesgo de desarrollar complicaciones de la diabetes. El objetivo para la mayoría de los adultos con diabetes es una HbA1c menor a 7%, sin embargo, los objetivos en estos niveles pueden variar según la edad de cada persona y otras variables de salud, por lo que será el médico quien determine en cada paciente su valor meta.
Desafortunadamente, esta importante prueba es poco aplicada en México, ya que solamente el 20% de los pacientes con diabetes refieren se les ha realizado esta prueba al menos una vez al año, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2018-19. Esto significa que ocho de cada diez pacientes con diabetes desconocen con certeza si tienen un adecuado control de la enfermedad, con el riesgo que esto representa para su salud.
La glucosa elevada a largo plazo puede provocar un gran daño en diversos órganos del cuerpo, llevando al desarrollo de múltiples complicaciones que podrían poner en peligro la vida, como enfermedades cardiovasculares, neuropatía, nefropatía, y enfermedades oftalmológicas como retinopatía que conduce a la ceguera. Por el contrario, si se logra un manejo adecuado de la diabetes, estas complicaciones se pueden prevenir o retrasar.
Tan sólo en 2021, de acuerdo con datos de INEGI, las enfermedades del corazón y la diabetes mellitus ocuparon la primera y tercera posición (solamente precedida por la Covid-19) en mortalidad de población adulta en nuestro país, con 226 mil 703 decesos y 142 mil 546 fallecimientos respectivamente.
“De ahí la importancia de contar con la prueba de hemoglobina glucosilada, la cual nos permite monitorear qué tan efectivo es el tratamiento para la diabetes a lo largo del tiempo, y en caso de no cumplir con los objetivos de tratamiento, ajustar el plan de acción para lograr un control óptimo de la glucosa y prevenir complicaciones mayores”, explicó el especialista en medicina interna y endocrinología.
Aunado a una alimentación saludable y a la actividad física, el apego al tratamiento farmacológico es fundamental para lograr un control exitoso de la glucosa, el cual será determinado por el médico en función de la condición de salud, factores de riesgo y edad del paciente, entre otras variables.
Dado que las personas que viven con diabetes tipo 2, tienen dos veces más probabilidades de desarrollar y morir como consecuencia de una enfermedad cardiovascular (ataque cardíaco, accidente cerebrovascular e insuficiencia cardiaca), que las personas que no tienen diabetes, se hace imprescindible brindar a los pacientes una estrategia terapéutica que, además de controlar los niveles de glucosa en sangre, contribuya a reducir el riesgo de una complicación y/o mortalidad por males relacionados al corazón, enfatizó el Dr. Silva Tinoco.
“Desde hace una década existen una clase de medicamentos conocidos como inhibidores de DPP-4 para la diabetes tipo 2, que han demostrado ser eficaces en la reducción de los niveles de glucosa en sangre”, afirmó el también experto en manejo de la diabetes y el metabolismo.
El tratamiento DPP-4 de Boehringer Ingelheim simplifica el manejo de la diabetes tipo 2 y ha demostrado con estudios clínicos robustos a nivel mundial contar con un amplio perfil de seguridad y eficacia en control de la enfermedad, además de brindar beneficios adicionales en las complicaciones derivadas de este padecimiento. Aunado a ello, puede utilizarse en un amplio número de pacientes, independientemente de la edad, la duración de la enfermedad, la etnia, el índice de masa corporal (IMC) y la condición de su función hepática y renal, agregó el especialista.
Con más de diez años en México, el inhibidor de DPP-4 de Boehringer Ingelheim ha beneficiado a miles de pacientes, al estar disponible tanto en el mercado privado como en las instituciones de salud pública, contribuyendo a mantener un adecuado y sostenido control de los niveles de glucosa en los mexicanos que viven con diabetes.