Para muchos hombres, hablar de infertilidad sigue siendo un tabú. Afrontar que la imposibilidad de lograr un embarazo recae en ellos afecta directamente su autoestima, provoca estrés y genera frustración. Además, al no reconocer abiertamente el problema, este no es atendido de manera oportuna, provocando un sentimiento de fracaso cada vez que se intenta sin éxito.
La infertilidad masculina es un problema que va en aumento y que cada vez afecta a hombres más jóvenes, sobre todo, por ciertas prácticas en el estilo de vida que resultan en factores de riesgo y que repercuten en su salud reproductiva a corto, mediano y largo plazo.
Las principales causas por las que un hombre no puede generar un embarazo se deben a una baja producción de espermatozoides, a irregularidades en la función del espermatozoide o a obstrucciones que impiden su salida. También inciden las enfermedades crónico degenerativas, lesiones y elecciones de estilo de vida como fumar o beber en exceso y ser sedentarios.
En nuestro país más de 4 millones de parejas tienen problemas de infertilidad y, aunque es un problema compartido entre hombres y mujeres, es en ellas en quien se suele poner mayor atención, no solo en cuestiones de salud física, también se cree que son quienes más padecen emocionalmente la infertilidad. Sin embargo, sensaciones de culpa, fracaso o, incluso, disfunciones sexuales, pueden afectar de modo importante el estado anímico de los varones, necesitando el apoyo necesario para afrontar ese proceso y darle solución.
En el marco del Día Mundial del Hombre, que se conmemora cada 19 de noviembre, se invita a los mexicanos a comprender que la infertilidad es una enfermedad crónica que tiene solución cuando se busca oportunamente el apoyo de un especialista y que ésta, muchas veces está acompañada de un duelo que crece cada vez que la ilusión de tener un bebé en sus brazos se limita al no lograr un embarazo exitoso.
Actualmente, gracias a los avances en la medicina reproductiva, la infertilidad dejó de ser un problema con el que hombres y mujeres deben cargar sobre sus hombros, pues los métodos de reproducción asistida cada vez son más eficaces para quienes atraviesan esta enfermedad.
La mayoría de las clínicas especializadas y certificadas en Biología de la Reproducción ofrecen programas integrales que brindan un acompañamiento psicológico en el proceso de reproducción.
La fertilidad es un derecho para todos, por ello, hoy más que nunca se debe hablar con transparencia sobre esta enfermedad, reconocerla como una condición que puede ocurrirle a cualquiera y, sobre todo, que tiene solución.