Con juego, educan sobre emociones a niños

  • Estudiantes de Diseño Gráfico de la UDEM crean “Miwo”, caja de herramientas lúdicas que facilita la identificación y expresión de las emociones entre padres e hijos

Miwo recibe el nombre por la manera como los niños dicen “amigo”.

Al iniciar su Proyecto de Evaluación Final, el último paso para egresar de la Licenciatura en Diseño Gráfico de la Universidad de Monterrey, Valeria Salinas Sánchez, María Estela Cantú Valdés, Ximena Viades Andrés y Camila González Barnetche estaban determinadas a hacer de dicho trabajo una oportunidad para colocar su profesión al servicio de la comunidad.

Camila González, Ximena Viades, María Cantú y Valeria Salinas son la creadores de Miwo.

Ahora, tras graduarse en el semestre Otoño 2022,  dicen estar seguras de haber alcanzado la meta: aliadas con una especialista en psicología, crearon Miwo, un kit de herramientas didácticas con el que padres e hijos aprenden a identificar y expresar sanamente sus emociones, ayudando a entablar un sano diálogo en familia y promoviendo la inteligencia emocional.

El nombre del kit hace referencia a la manera en que los niños más pequeños pronuncian la palabra “amigo”. Las exaUDEM coinciden en que sintetiza perfectamente el espíritu del proyecto: un método accesible para aproximarse a un tema trascendental en el desarrollo humano.

“No somos expertas en inteligencia emocional, por eso, más que decir que la psicóloga (Alejandra Sandoval) es nuestra clienta, decimos que es una aliada. Ella nos apoyó con la información y el vocabulario adecuado, aparte de que nosotras investigamos para empaparnos del tema. Todo lo que aparece en el kit está validado y corroborado”, indica María.

TRABAJANDO CON LAS EMOCIONES

El juego es altamente didáctico.

Ximena añade que no iniciaron la tarea desde cero: la psicóloga ya contaba con talleres en los que usaba materiales e impresiones que recolectó a lo largo de los años. El reto de las diseñadoras era llevar esto al siguiente nivel: “la idea es que, una vez tomados los talleres de expresión de emociones, los papás pudieran darle seguimiento en casa. De ahí surgió la idea de hacer un kit que optimizara las herramientas de los talleres”, dice.

“El kit está dividido en tres etapas: Conectar, Descubrir y Aventurarse. Cada una tiene sus herramientas diseñadas para ser reutilizables y muy atractivas. Incluso lo hicimos pensando en que los materiales sean parte de la decoración de los cuartos de los niños, así la enseñanza es mucho más amigable”, ahonda Valeria.

Miwo parece una caja de juegos: entre sus herramientas, por ejemplo, está un memorama a través del cual los niños identifican las emociones, aprendiendo que no son buenas o malas, sino simplemente parte de la vida.

Las diseñadoras agregaron una base de madera con las etiquetas “día” y “noche”. Así, los papás pueden pedir a los hijos que tomen la carta del memorama correspondiente a su sentir en los dos momentos del día, detonando la conversación acerca del porqué experimentaron dichas emociones. ¿Otras herramientas de Miwo? El emocionario, o diccionario de las emociones, el libro de las expresiones, los audiocuentos, la rueda del enojo, el juego de cartas y el personaje Miwo, hecho como figurita tejida al crochet.

“El kit también tiene una guía para padres donde explicamos el objetivo, la importancia de las emociones y de reconocerlas”, apunta María, “la caja donde vienen las herramientas está decorada con confeti porque queremos liberar las emociones y celebrarlas”.

Con miras a poner el producto al alcance del público general en el futuro, las diseñadoras gráficas dicen estar seguras de que la experiencia inspiró su mejor versión: “es una manera de encajar todas las áreas del diseño: es mucho más que el branding, es diseño de producto, del empaque”, apunta María.

Su asesora, la docente Diana Woolrich Orozco, coincide: el trabajo subraya la capacidad de entender un proyecto más allá del diseño gráfico; es comprender que la disciplina también diseña experiencias y servicios, además de que promueve el trabajo colaborativo, indica. El resultado final abarca la aplicación de conocimientos de marca, identidad, ilustración y comunicación.

“El diseño gráfico es visto como una disciplina orientada a la comercialización, y aunque es verdad, nos interesaba demostrar que puede ir más allá, que puede dar soluciones reales a problemáticas reales”, concluye Ximena. “La pandemia nos enseñó la importancia de cuidar la salud mental y fue gratificante ver que lo que hicimos puede contribuir en esa área”.

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