El consumo de legumbres como el frijol durante el embarazo, reduce en casi un 50 por ciento el riesgo de preclamsia, de acuerdo a un a un estudio realizado por Rambam Health Care Campus en el área de la investigación.
En esta investigación, la institución de origen israelí revela que las mujeres que consumieron más legumbres en su dieta, como frijoles y garbanzos, redujeron su riesgo de desarrollar preclamsia en un 49 %. El hallazgo se produjo con un estudio que buscó identificar varios factores dietéticos y hábitos de vida de las mujeres que pueden influir en el desarrollo de la enfermedad, reduciendo o aumentando los riesgos.
Realizado entre 2019 y 2021, en colaboración con la Facultad de Medicina Rappaport en el Instituto de Tecnología Technion-Israel en Haifa, revisó los hábitos alimenticios y el estilo de vida de casi 600 mujeres tres meses antes de quedar embarazadas y posteriormente siguieron los resultados del embarazo, incluido el desarrollo de preclamsia. Además del consumo de legumbres, el estudio encontró otros puntos de atención.
“Las mujeres con sobrepeso tenían aumentadas sus posibilidades de desarrollar preclamsia en un 24 %, mientras que entre las mujeres con obesidad, es decir, con un índice de masa corporal superior a 30, las posibilidades de desarrollar la enfermedad aumentaron en un 95 %. Por otro lado, el estudio encontró que la posibilidad de desarrollar preclamsia disminuyó en un 98 % en mujeres embarazadas que consumían alimentos naturales y no procesados”, describe Ido Solt, integrante de la investigación y director de la unidad de medicina materno-fetal del Rambam. .
Otros hallazgos de interés
Los resultados del estudio mostraron que las mujeres que viven en áreas rurales tienen 4.3 veces más posibilidades de desarrollar preclamsia, en comparación con las mujeres que viven en áreas urbanas. Los investigadores sugirieron que en las zonas rurales, las mujeres embarazadas tienen menos acceso al seguimiento y tratamiento y no son diagnosticadas a tiempo. “El control de plagas de los cultivos agrícolas en las zonas rurales también puede contribuir a la contaminación ambiental, lo que provoca el desarrollo de la preclamsia entre estas mujeres”, añadió Solt.
En cuanto al uso de bloqueador solar, según el estudio, demostró ser un importante predictor. Este interesante hallazgo derivado de los resultados del estudio es la relación entre la enfermedad y el uso de protector solar, que resultó ser un importante predictor. “Aunque generalmente se recomienda usar protector solar para reducir el riesgo de cáncer de piel, las mujeres embarazadas que usan protector solar constantemente aumentan su riesgo de desarrollar preclamsia en un 77 %. Este hallazgo probablemente esté relacionado con el hecho de que, con el uso más generalizado de protector solar, bloqueamos la producción de vitamina D en la piel y la falta de esta vitamina está relacionada con el desarrollo de la preclamsia”, explica la doctora e investigadora del Rambam.
Solt recomienda que las mujeres pre-embarazadas se hagan un análisis de sangre para determinar la cantidad de sus reservas de vitamina D y cuidarse la prueba de vitamina D antes de quedar embarazadas, “además de tomar un suplemento nutricional que contenga la vitamina, que tiene muchas ventajas en cuanto a del normal desarrollo del embarazo y del feto”.
En las mujeres que consumieron complementos de vitamina D y ácido fólico (vitamina B-12) durante el embarazo, las probabilidades de desarrollar preclamsia disminuyeron entre un 48 % y un 51 %, concluyó el estudio.