El amigo imaginario y cómo enfrentarlo

Los amigos imaginarios son reales para los niños

Los amigos imaginarios son reales para los niños.

Seguramente te ha pasado. Un día, tu niño o niña te cuenta de su amigo, el que no puedes ver, pero con el que todos los días juega.

Muchos padres no saben cómo hacerle frente a esta situación y algunos se preocupan demasiado por esa relación ficticia, que en realidad, es saludables para los niños, dicen los psicólogos.

Los niños necesitan un compañero que se identifique con ellos y sea exclusivo, y los amigos imaginarios cumplen esa función.

A  veces es una mascota, un superhéroe o personaje de televisión, un muñeco, o incluso un adulto. Es una forma saludable y creativa del niño para lidiar con lo que está sucediendo en su mundo interior.

Los psicólogos consideran que  este amigo -imaginario o real- ayuda a construir la identidad del niño, incluso en su madurez.

Sin embargo, todo tiene un límite. La preocupación debe iniciar cuando el tiempo pasa y el amigo imaginario no se va, y  cuando tras un periodo prudente, el niño no entiende que no existe.

Generalmente el niño se va olvidando de él o bien, entiende que él mismo lo ha creado con su imaginación, pero cuando sienten la certeza de que sí existe, o no distinguen la realidad de la fantasía, pierden el control sobre su propia creación y vienen los miedos y temores.

En la mayoría de los casos, la presencia del amigo imaginario no interfiere en las actividades del niño, pues se presenta comúnmente cuando el pequeño aún no va a la escuela, y pasan más tiempo en la casa. Los niños le dan importancia a las relaciones externas a partir de los 7 u 8 aos, cuando los amigos imaginarios ya desaparecieron porque no son necesarios.

Pero cuando la relación perdura a edad avanzada del niño, puede causar un retraso en su maduración emocional, de aprendizaje y el establecimiento de verdaderas amistades, y lo ideal es acudir a un psicólogo o un psiquiatra infantil, que ayude a canalizar adecuadamente el problema.

Sólo hay que tener cuidado de no destruir la fantasía del niño o le reprochen su comportamiento, porque para él  es difícil entender la lógica de que es un producto de la imaginación.

Si tienes un hijo en esa etapa, dejalo vivir esta relación creativa y sólo participen cuando sean citados. En este punto, deben recibir y aprobar al amigo imaginario, que en realidad es aceptar y adoptar a su propio hijo.

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