Causa mayor estrés a personas con baja autoestima.
Si bien una práctica usual para salir de los problemas es jugar con la mente y tener un pensamiento positivo, un estudio canadiense reveló que esto aplica únicamente a personas que ya son positivas, pues en aquellos que tienen baja autoestima les resulta incluso más perjudicial.
La investigación de los psicólogos W. Q. Elaine Perunovic, Joanne V. Wood y John W. Lee reveló que aquellos con baja autoestima y buscan pensamientos positivos se tornan más vulnerables. El experimento consistió en bombardear con pensamiento positivo a personas con baja y elevada autoestima, y sobre todo hacerlos repetir para sí la frase “Soy una persona encantadora”.
Tras evaluar el estado anímico de los participantes, comprobaron que los del primer grupo se sintieron mucho peor que antes de empezar la prueba. Al igual que nos ocurre cuando nos hacen alabanzas irreales que nos suenan a compasión y nos entristecen, a quienes viven un momento de baja autoestima la repetición de frases del tipo de “me acepto tal como soy” los hace ser más conscientes de su limitación para cambiar el problema, porque son incapaces de auto engañarse.
Por contraste, para lo que sí sirvió esta investigación fue para mostrar el poder potencial del que podríamos denominar pensamiento negativo. Cuando los psicólogos permitieron a los participantes con poca autoestima expresar su ira, tristeza o ansiedad del futuro, mejoró de forma clara su estado de ánimo.