Los glúteos o nalgas son algo más que una parte erótica de la mujer -o del hombre-. Es un indicador de la salud que tenemos.
Más allá de las connotaciones sexuales que evidentemente tiene, el trasero tiene una relación sorprendente con nuestro bienestar, de acuerdo a la grasa que acumulan.
Existen varios tipos de glúteos.
Los Circulares, que se componen de grasa en su parte superior, lo que, además de ser un toque muy sensual, también es sinónimo de buena salud. Pero si excedes el tamaño adecuado será fácil eliminarla con ejercicios sencillos y una dieta adecuada.
El Triángulo invertido es más común en mujeres mayores, que se forma debido a que la grasa, que en su mocedades se ubicó eróticamente en la parte superior, descendió debido a la falta de estrógeno en el organismo. Este tipo de trasero indica problemas en el corazón.
Para evitarlo, lo mejor es perder peso y alimentarse adecuadamente, lo que evitará daños al corazón, y que la grasa continúe trasladándose hacia otras zonas.
Las Cuadradas, típicas en las personas que acumulan mucha grasa en el abdomen. También se presenta en personas con caderas altas, que le dan al trasero una forma cuadrada y poco agradable a la vista, por lo plano de las nalgas. Ejercitar los glúteos con determinados ejercicios ayuda a evitarlo.
Con Forma de corazón. Son glúteos moldeados que acentúan nuestra cintura y nos hacen lucir más sensuales. No obstante, debemos tener especial cuidado, pues la grasa acumulada, incluso en los muslos, puede terminar alojándose en nuestro abdomen. En estos casos, lo mejor sin duda es eliminar la grasa cuanto antes.
Para moldear un buen trasero
Ni hablar, el ejercicio es imprescindible para lograr unos glúteos sanos y agradables a la vista de los demás y la tuya propia. Pero hay otros detalles que influyen y ayudan.
Para empezar, debes lograr una buena circulación sanguínea de tu trasero. Evitar estar sentada mucho tiempo, y si el trabajo te obliga a ello, entonces procura cada cierto tiempo levantarte, caminar, estirarte, y hacer algunos movimientos. Una buena costumbre es masajear tus glúteos y muslos con crema antes de acostarte cada noche.
Al menos una vez a la semana, toma duchas de contraste sobre tus glúteos. Aplica agua fría y caliente de manera alterna sobre la piel para tonificarla y facilitar la apertura de los poros. Finalmente, puedes exfoliar esta zona de tu cuerpo. Con una esponja o guante de crin, realiza pequeños masajes circulares en tus pompis, y si lo deseas, emplea una crema reafirmante.
La cafeína deshidratada, que no es otra cosa que las bolsitas de café que utilizas cada día, te permitirán además revitalizar la piel. Masajea con ellas la zona de los glúteos y deja actuar durante diez minutos. No podrás fallar.
Los mejores ejercicios
Si piensas fortalecerlos, inicia con una dieta baja en carbohidratos y rica en proteínas, y luego practica una serie de ejercicios adecuados a tus glúteos, ya sean grandes o chico.
Si tienes pompis pequeñas, lo más recomendable es trabajar los cuádriceps, y ello se logra a través de flexiones y extensiones en la zona de la cadera. Si son grandes, es mejor practicar patadas que permitan moldear el glúteo, aunque de manera general, se recomienda además realizar sentadillas, lunge y algo de kickboxing.
El trabajo con los glúteos no debe ser una práctica diaria, y con dos frecuencias a la semana serán suficientes para mantenerlos en forma.
Se nos olvidaba: Si tienes celulitis, bebe abundante agua, descansa adecuadamente, y ponte desee hoy a practicar estos ejercicios.